Sangre en las venas

Quien vé rarezas en las cosas que le hacen diferente a los demás estará condenado a ser un esclavo de los propios miedos y de los estereotipos de una sociedad que no admite a los que hablan sin temor.

Acogerse y respaldarse a una mayoría para justificar y legitimar ideas o actos teñidos de racismo, intolerancia y demás barbaridades solo ayuda a reforzar las garras de la hipocresia y aumenta una extraña sensación como si algo empezase a romperse, quizás ya haya muchos pedacitos de tristeza cubriendo más de un corazón.

El que prefiere callar y parecer tonto a decir y despejar dudas no asume riesgo y deja que sean los demás quienes conduzcan y entren en conflicto ideológico, más allá de posición tan cómoda que podemos encontrar? silencios contenidos de egocentrismo por no ver más allá y mantenerse al margen de una realidad.