Capítulo primeroSólo mencionar “La Alpujarra” (Sierra Nevada) me recorre por el cuerpo una sensación de salto al vacío, aaahhhhhhhhhhhhh....... después de estas vacaciones he despertado de un abismo enorme que me ha ayudado a ser un poco más consciente de lo pequeños que somos y la gran cantidad de gente que hay en el mundo, suerte o desgracia? Cada uno con sus manías, sus virtudes, sus defectos, sus excentricidades, sus simplezas, aquello que nos hace únicos e irrepetibles, también especiales.
Agua fresca y pura sin límite saliendo a saltos y sin más del corazón de las montañas, estrechas carreteras abrazando curvas eternas acompañadas siempre por algún sobresalto, peñas y llanos que te transportan a lo lejano y que sin pedirlo te devuelven tu grito a la nada para sorprenderte? no, lo estabas esperando (como siempreeeeeeeehhh)

En “La Alpujarra” tuve una sensación que únicamente experimenté cuando me sumergí en sus entrañas para iniciar las vacaciones y cuando salí al darlas por finalizadas. Tiempo y espacio se cogieron de la mano para regalarme dimensión y el resultado fue la pasión por una tierra que apenas conocía, con la que apenas tenía lazo alguno pero que me hablaba, la escuché y dejé que me contara cosas, sus historías...

Al planear la escapada a Andalucía deseaba costa, mar, tardes de verano con cualquier bebida fresquita en alguna terraza sin preocuparme por lo más mínimo que mi blanca y pecosa piel desentonara al encontrarse rodeada por bronceadas víctimas del sol castigador del sur.

Nunca antes me había adentrado en un mundo parecido a este, miento! me recordaba a Arnedillo (La Rioja) ese pueblo que hizo de cuna para mi primera relación de pareja firme, llenos de miedo nos alquilamos una casa con Jorge donde depositamos millones de ilusiones, besos en las esquinas,...Un pueblecito con sus secretos, como las escondidas pozas de agua caliente al margen del río, invitando a un baño a los valientes que no dudaban en ofrecer su cuerpo desnudo ante las atentas miradas de los vergonzosos. Vascos veraneando, parrilladas de noche con un buen vino .... para mi era como estar siempre de vacaciones, iba en mi 600 y pensaba que allí el pan sabía más bueno. Viejos tiempos dan ahora paso a una relajada sonrisa, cuesta conseguirla pero cuando la tienes ya no se va.
Cuando busqué en internet el Golco la mágica máquina de la información tardaba en decirme nada acerca de esta población, finalmente reconoció que era un pueblecito pequeño pero no decía que estaba alejado de conexión a internet, sin supermercado o bar, todas esas cosas que para la mayor parte de los mortales son cotidianas y para otros un privilegio más de una sociedad acostumbrada a los excesos. Decidí arriesgarme y descubrir si mi ser tenía la capacidad de desconectar y he descubierto que igual como puedo dormirme en medio de una ruidosa cena repleta de gente pisando conversaciones, en medio de la calma puedo llegar a desesperarme; por eso estoy buscando la pócima o elixir para curarme y llegar a un estado de paz conmigo misma y con lo que me rodea. Recuerdo que cuando me regalé un intensivo de Yoga (en Andorra), sin conocer a nadie, recibiendo y entregándome, llegué a acariciar un estado sublime que me acercó a conseguir un poco de paz. Así que daremos por iniciado el proceso de desintoxicación y recuperación para aceptar que soy una chica de ciudad, sí que pasa! Hoy mismo he decidido regalarme de nuevo algo para los sentidos, un taller de teatro con Frank Prieto, http://frankprietoperezactor.fortunecity.es/ a quien durante todo un año dejaré que sea mi Gurú particular contra....que? simplemente quiero desnudar mis pies y andar descalza por el aula, notar como el frío va recorriendo mi cuerpo hasta permitir que mi corazón, ahora muy caliente se enfríe un poco y sienta reposo, como el guerrero derrotado despues de una batalla que al final cae a los pies de su amada para recuperar el aliento. No he perdido el hilo...........seguimos:
Llegamos al Golco de noche y fue un despertar de domingo ante una luz desgarradora lo que provocó que iniciara un recorrido de miradas en medio de casi nada, era como encontrarme en una sala de examen y descubrir que estás desnudo delante de todo el mundo, respiré y pensé: “ya estamos aquí, el viaje fue durito pero.........ya no me acuerdo, ahora estoy aquí, si”.

Las vacaciones siempre van asociadas a dar placer al paladar (que no tiene porque ir relacionado a coger unos quilos de más) y por eso decidimos buscar un sitio para comer pero que diera respuesta a ese primer deseo: “triumfar” en las cosas más insignificantes pero que acaba por hacerlas especiales.
Restaurante Venta “La Rambrilla” especialidad en carne a la brasa y marranillo al horno, en Cádiar. Un tinto fresquito de verano fue lo que me dio la primera pista de lo que sería saborear las comidas con tranquilidad.

Lueego un baño en la piscina del pueblo, de repente me encontré inmersa en la película “el camino de los ingleses” dirigida por nuestro malagueño más internacional, Banderas.

http://www.elcaminodelosingleses.com/index3.html

Además ahora también sé que no tengo idea de jugar al billar pero que me gustan los dardos, en realidad me gusta todo lo que me entretenga y entretenida lo he estado.

primer anochecer....la luna acogía bajo su manto mi suspiro.