lápices de colores

Tiempo y silencio - Cesarea Evora&Pedro Guerra

http://www.youtube.com/watch?v=AWF_bdhyiGs&feature=related

De pequeña, mi hermana, primos y yo pasábamos las tardes de los viernes en la casa-taller de una artista para recibir clases de dibujo. La clase era en grupo, mayores y pequeños dejábamos volar nuestra imaginación y creatividad como si de una orquestrada composición de variados instrumentos se tratara. María Teresa Sanromà (así se llamaba la MAESTRA, hay mayúsculas más grandes?) se acercaba pausada a cada uno de nosotros y nos trazaba algún garabato con su enano lápiz de carbón y como si fuera lo más natural decía: "no lo ves? está muy claro? que es?". Hacía mágia con los lápices, parecía tan fácil!!.

Recuerdo la clase, pequeña, con olor a pintura y agua ras... siempre con algun gato paseando presumidamente entre nuestros pies echándonos una mirada desafiante. Había un niño que venía siempre cargado de "chuches" y se las comía él solo. Eso nos empujaba a "escaparnos" y desaparecer unos minutos poniendo como excusa un inaguantable pis que en realidad significaba bajar a la tienda de la esquina para obtener nuestro propio botín de dulces.

Esas tardes forman parte de una bonita época, esperando que llegará el viernes para ver qué temas nos proponía María Teresa escribiéndolos en su vieja pizarra. Entonces lápices y carbón empezaban a dejar huella entre papeles, paso a paso. También hacíamos algun concurso de dibujo, y sabeis una cosa? no me acuerdo de los premios...eso me gusta, estamos acostumbrados (y a la vez equivocados) premiando los éxitos y logros de los más pequeños con cosas materiales, hemos olvidado que hay otras formas de premiar?

Todo esto os lo cuento porque el otro día mi hermana y yo ibamos por la calle y nos cruzamos, después de mil años, con María Teresa. A veces pienso que la gente mayor no me va a reconocer y luego, reflejada en un escaparate, me doy cuenta que tampoco he cambiado tanto. María Teresa nos contó que desde hace más de 60 años, cada viernes a la misma hora, un grupo de artistas veteranos se reúnen para compartir su gran pasión por la pintura formando el Grupo de artistas vallenses de los viernes. Su nombre artístico no tiene mucho gancho pero después que me invitara a subir a la aula-taller donde trabajan descubrí que no necesitan otro nombre, son así: naturales....la experiencia de posar como "modelo" resultó ser muy gratificante e inolvidable. Lo único que tuve que hacer fué ponerme de manera cómoda y no moverme, no pude evitar reir una y otra vez con su amplio repertorio de histórias. El mundo no está ya en sus manos pero dejaron que pueda seguir pensando que se puede salvar.

Sus lápices trazaron líneas bailando sobre el papel

como cada viernes