Frío y calor

Todos los que hemos vivido en Andorra tenemos un secreto, lo guardamos bien guardado hasta que consideramos que ha llegado el momento de pasar el testigo a alguien de mucha confianza porque desde ese momento sabes que este se convertirá en un nuevo portador del mensaje.

Se trata de un lugar escondido en la montaña, concretamente en Sant Joan Fumat o llámese también San Juan fumado donde comer es un placer. El restaurante se llama Cal Pauet, http://www.calpauet.com

No hay cartel que indique su ubicación, tampoco mapa o carta de platos, su fórmula magistral no aparece en libros ni manuales, el secreto? ofrecer cantidad, calidad y buen precio, algo que para algunos podría considerarse a día de hoy muy pintoresco cuando en realidad este tipo de cocina ha sido la cuna de muchas otras.

Inmersos en la cola de los que querían acceder a Andorra, Dina, Gerardx2, Sebastian y yo conseguimos tomar la carreterita que nos llevó a este pequeño oasis. El apetito apretaba así que nos pusimos manos a la obra.

Ya por la tarde llegamos a Andorra y saludamos un momento a Juanma que como siempre se mostró generoso y agradable con mi gente, poco después nos despedirnos de Dina y los Gerards. También visitamos fugazmente a rizos de chocolate, Meri, mi hermana en Andorra, siempre sonriendo, como lo haces? ;)

El caótico ambiente de las calles comerciales de Andorra no nos aportaba nada nuevo y con Sebastian decidimos alejarnos del ruído y la muchedumbre para hacer una parada en El món bohemi de La Massana. Bar, lounge, café, espacio artístico... podríamos atribuirle mil nombres pero para mi sigue siendo ese lugarcito donde pasas del seco frío de la calle al cálido ambiente que proporciona una taza de té entre recortes de revistas colgados de las paredes, butacas y sofás con ningún estilo en concreto y muchas sensaciones a la vez. Me gusta porque me recuerda a El café que pone Muebles Navarro de la calle Riera Alta,4 de Barcelona dónde solía ir en mis años de estudiante. Disfrutaba enormemente descubriendo este tipo de locales, se convirtió casi en un ritual y a día de hoy sigo llevando en mi bolso una pequeña libretita o algun trozo de papel para tomar nota de este tipo de hallazgos.

La llegada de la noche nos empezaba a importunar, era el momento de reunirnos con Ignasi y Sandy en su acogedora casa. Cenamos empanadas argentinas, tarta de chocolate...riquísimo, también vimos las fotos de su viaje a Argentina. Nos cuidaron hasta el último momento, cuando apagamos las luces porque al encenderlas de nuevo el domingo nos habían preparado el desayuno.

Después de ver mi anuncio en el blog, me dijeron que me daban una estantería chulísima que para ellos ya había vivido lo suyo, así que ahora va a empezar una nueva vida con tita rous ;) ah y le he puesto nombre, se llama estantería Ignasi, será mi pequeño homenaje.