Lejos quedan las imágenes que se veían en la película La Playa, cuando en 2000 el todavía joven Leonardo di Caprio protagonizó un largometrage encarnando a un chico que llegaba a La Playa, un paraíso en Tailandia donde se había creado una comunidad que, aparentemente, vivía en el mundo perfecto. He visto la peli algunas veces más desde 2000 y cada año cuando llega el verano pienso: "qué suerte tengo de vivir cerca del mar, cerca de la playa".
Tarragona tiene muchas playas, las masificadas, otras descuidadas, algunas con aguas casi cristalinas y un paisaje bello pero casi siempre tengo esa sensación de estar en paz.
Este verano he disfrutado todo lo que he podido de la playa y me atreví a pedir un deseo: "que no se acabe"
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