Ingravitto

que el maquillaje no apague tu risa, que el calendario no venga con prisas, que no te compren por menos de nada, que no te vendan amor sin espinas, que no te duerman con cuentos de hadas, que el fin del mundo te pille bailando, que todas la noches sean noches de bodas, que no se ponga la luna de miel...

21 enero 2009

Poder
Uno de los momentos que me resulta más placentero para ponerme a escribir es cuando estoy o muy contenta o muy enfadada, las palabras salen más del alma y el corazón y no tanto de una pausada reflexión, que tampoco es mala. Me siento sanamente enfadada por dos cosas: he visto una buena peli en el cine y sentido como se me remueve el estómago y calienta el cerebro y a la vez lo estoy por estar viviendo un eufórico momento histórico no exento de preguntas y lagunas.
Los que se encargaron de gestionar la campaña presidencial de Obama hicieron muy bien su trabajo apostando por la ilusión como mecanismo para atraer unos ciudadanos faltados desde hace años de un líder que les hablara de cambios, pero que va a pasar ahora? un presidente de Estados Unidos no es un producto de merchandising al que el mercado va a absorber por pura necesidad o capricho de algunos, sinó que debe dar unos resultados. Estamos todos a la espera de la retitada de las tropas de Iraq y el cierre de Guantánamo como primeras acciones pero los problemas y necesidades sociales mundiales siguen siendo las mismas que ayer y si no se han solventado hasta ahora será por algo, nos salve o no también debemos dejar que Obama tenga su oportunidad en la historia porque todos merecemos oportunidades en la vida, no? por lo menos hay que estar atentos, porque como sucede siempre cuando los yankis nos tienen centrados o entretenidos con algo es porque nos la van a meter por otro lado.
En relación a la peli que he visto, quería empezar diciendo que el entusiasmo
más sano y puro puede quedar eclipsado por un entorno donde la autocracia, el totalitarismo, el neofascismo, el nazismo o cualquier tiranía o dictadura sean los parámetros que establecen las reglas para conseguir el poder y ponen en juego más allá de las ideas, en algunos casos incluso la integridad física. Es entonces cuando llega el momento en que siento que debo decir algo y ese algo es BASTA!!!
Maldito poder, aquello por lo que tantos luchan sin escrúpulos poniendo a los demás como escudo y además lo consiguen sin nadie que se lo impida y por el que muchos mueren sin poder defender su derechos ni libertad. Seguimos en una sociedad donde unos nos anulamos a otros. A ver, este discurso o declaración de principios no es nuevo, la vida nos narra cada día un nuevo capítulo de lo que es nuestra historia, basada en las relaciones de poder que establecemos como propias los unos sobre los otros. La vida está llena de matices, lo más crudo a veces nos llega sin anestesia y otras muchas nos llega enfrascado en almíbar o simplemente ni nos damos cuenta que nos han puesto una máscara totalmente opaca.
Como siempre la realidad sigue superando la ficción y el séptimo arte se encarga de ser el espejo de nuestras propias alegrías y miserias, basándose en hechos reales para inspirarse y llevar a la gran pantalla historias que nos resulten interesantes. Por desgracia muchas de estas historias acaban en tragedia, como es el caso de LA OLA
http://www.unetealaola.com/ basada en los acontecimientos sucedidos en la Cubberley High School de Palo Alto (EEUU), donde el profesor Ron Jones tuvo que interrumpir su ejercicio The Third Wave (la tercera ola) tras cinco días de clase, era un experimento con el que hizo comprender con excesivo éxito a sus estudiantes la dimensión real de la autocracia. LA OLA me interesó porque confirma que hay regímenes que se resisten a morir y sobreviven a todo como un virus incurable.
La historia está ambientada en la Alemania actual pero podría pasar en cualquier parte del mundo. Para explicar a sus alumnos lo que es la autocracia, un profesor de secundaria decide proponerles un experimento para ver qué pasaría si volviera una dictadura como el Tercer Reich, duro eh!!! El problema es que el profesor se olvida que sus alumnos no son buenos pensadores ni hacen muchos esfuerzos por serlo, algo muy parecido a lo que pasa en la educación secundaria en general, donde hemos pasado de lo abstracto a lo material; el valor de las cosas está en la capacidad que tenemos de tocarlas o experimentarlas, me recuerda un poco a la necesidad que tienen mis alumnos de 1 a 3 años de llevarse todos los objetos posibles a la boca para reconocerlos y establecer una relación.
La ola muestra que la autocracia no está muerta, que los regímenes totalitarios se pueden reinstaurar mientras las personas no dejen de ser una masa manipulable. Sigo enfadada porque l
os resultados de los estudios realizados respecto a este tema indican que el ser humano puede desarrollar un comportamiento sádico, violento e inmoral si sus acciones se derivan de las ordenes impartidas por un grupo totalitario y organizado. Y lo más terrible de todo, las personas que participan en este proceso, incluso educadas e inteligentes, pueden no poseer la capacidad suficiente para oponerse al grupo y denunciar lo que está ocurriendo.
Hoy he tenido un poco más de miedo....pero seguiré luchando para que mi entusiasmo no me lleve a mí sino yo a él.